No recuerdo el nombre, solo recuerdo la trama.
Ella se da cuenta que no ha vivido lo suficiente, al enterarse que le queda poco meses de vida, que todavía le queda mucho por hacer.
Decide entonces viajar y hospedarse en un hotel lujoso, disfrutar lo mas que pueda de la poca vida que le queda, realizando lo que siempre quiso, aún se anima a practicar deportes extremos.
Lo cómico es que hubo un error en los aparatos donde se realizó los exámenes médicos, y en realidad no estaba enferma.
Pero con esa situación no solo desarrolló su potencial como persona, sino que aquella desgracia aparente le ayudo a encontrar al amor de su vida.
Esta es la historia de una película que aunque verídica o no; me hace pensar en que nuestra vida tiene vencimiento y sería bueno saber aprovecharla al máximo.
De esto no se habla...
Mi intención no es hablar de la muerte; al contrario, de la vida, y de lo negligentes que podemos llegar a ser, porque ingenuamente pensamos que nunca la vida se nos acabará.
Hace unos días leí en la Biblia el relato de un anciano llamado Simeón que esperaba la llegada del Mesías prometido, y cuando sus ojos contemplaron al niño de Belén en el Templo, lleno de agradecimiento expresó:"ya puedo morir contento porque mis ojos han visto tu salvación". En ese instante pensé, que lindo sería morir satisfecho de haber aprovechado al máximo la vida, y no anhelando o lamentando el hecho de que por pereza, temor o incredulidad no intente hacer.
Creo que saber que la vida en algún momento se acaba, nos ayuda a valorar a los seres que amamos, amigos, familiares y aún los momentos simples de la vida.
Por otro lado nos hace menos egoístas de pensar solo en nosotros mismos o en lo material.
Tambien nos permite aprovechar en la vida las oportunidades que se nos presentan para que podamos ser felices y desarrollar nuestro potencial.
Provoca mas responsabilidad en las decisiones que tomamos, adquiriendo sabiduría de las experiencias vividas, evitando así consecuencias desagradables.
Por último otro punto puede ser, el no quemar etapas.
Al respecto te comparto esta poesía:

Era primavera, pero yo quería verano

Los días cálidos y la gran expansión.
Era verano, pero yo quería otoño
Las hojas coloridas, el aire fresco y seco
Era otoño, pero quería invierno
La nieve hermosa, el gozo de la temporada festiva
Era niño, pero quería ser adulto
La libertad y el respeto
Tenía veinte, pero quería treinta
La madurez de la mejor edad
Llegue al medio siglo, pero quería treinta
Era anciano, pero añoraba la juventud
Llegó la hora de mi muerte, pero yo solo quería vivir
Para el final de esta reflexión te dejo dos frases.

La vida es una sola, vivila!!
El día, la hora, el momento que pasó no vuelve más.
Dios te Bendiga
Leandro

Virginia tiene 16 años, es muy sociable por ser muy simpática, sus padres están orgullosos de ella, porque es muy buena estudiante. Su mejor amiga Miriam la acompaña a donde sea, es su confidente, desde los 5 años se conocen y son inseparables.
A Virginia sus padres le regalaron una motocicleta como premio por haber terminado con el mejor promedio de su curso. Con Miriam se las podía ver de aquí para allá en la moto, siempre juntas, siempre unidas... Hasta que en una intersección donde había semáforo un conductor imprudente producto del alcohol pasó en rojo y las atropelló.
Miriam llevó la peor parte y aunque Virginia está bien gracias a Dios, por dentro está destrozada al pensar lo que le pueda pasar a su mejor amiga.La pregunta es inevitable: ¿Por qué a mi Dios?
De esto no se habla...Muchos dicen en situaciones como las que te acabo de contar, que Dios sabe por qué permite, otros en cambio argumentan que no hay que preguntar por qué, sino para qué. Tal vez lo que te pase a vos no sea tan trágico como el caso antes mencionado; o tal vez sea peor.
Pero lo que si es cierto es que alguna vez en tu vida te harás esa pregunta.
Mi intención es aconsejarte para que enfrentes de la mejor manera los grises de la vida.
La Biblia en Lucas capitulo 1 narra la historia de dos personas que reciben bendiciones de Dios, para ser mas preciso un milagro. El primer caso es Zacarías que con su esposa no podían tener hijos, y aunque eran ya ancianos Dios de manera sobrenatural por medio de un ángel le dice que tendrían un hijo.
El segundo caso es María a quién el mismo ángel por mandato de Dios le comunica que ella quedaría embarazada de un hijo, el problema es que ella era virgen y en ese estado sería mamá. Pero cuando Zacarías pregunta, Dios se enoja por su incredulidad y lo deja mudo hasta el día en que nace su hijo Juan. En cambio cuando maría pregunta, Dios le explica y se encarga además de que su prometido no la abandone por la obvia razón de ser mamá soltera. ¿Qué diferencia hay en estos casos similares, y cuál es la enseñanza? La diferencia es que en situaciones en que no entendemos lo que Dios nos permite pasar, no está mal preguntar el por qué a Dios, pero si es malo cuestionarle el por qué a Dios. Cuestionar es poner en duda, y eso demuestra no solo falta de fe, sino la arrogancia de creer que lo hubiéramos hecho mejor o distinto, es decirle te equivocaste Dios esta vez. Preguntar en cambio es la interrogación en busca de la respuesta que uno no sabe, pero necesita saber.
Tener confianza en Dios te permite aprender de esas circunstancias, te ayuda a conocer un poco más al Dios que todo tiene bajo control. Como conclusión te aconsejo que es más productivo tratar de aprender de aquello que Dios permite en tu vida, y no tomar la actitud equivocada de cuestionar, lo cual solo provoca malestar dentro de ti y no te permite superar lo que te acontece.
Dios te bendiga
Leandro

Cada vez que deses encontrar un consejo, podés entrar aqui y encontrar otro punto de vista, no intento decirte que debes hacer, ni que aca están todas las respuestas, sólo trato de mostrarte otra óptica, de lo que descubro en mi relación con Dios.
Las historias que te cuento son solo ilustrativas pero no son veridicas.
Cualquier comentario o pregunta trataré de reponder en las próximas reflexiones que escriba. Podés escribirme a deestonosehablaa@yahoo.com.ar
Un Abrazo
Leandro